martes, 31 de marzo de 2009

Técnicas de seducción

Tres amigas deciden poner a prueba una técnica de seducción, por lo que las tres, esa misma noche, usarán bodies de cuero negro, tacones aguja de 20 centímetros, y una máscara negra para recibir a sus hombres.

Al día siguiente, se reúnen a comparar experiencias.
La del amante cuenta:
- Apenas abrió la puerta, y me vio de body, tacones y enmascarada, gritó como un salvaje, y me poseyó cuatro veces ahí mismo, en el suelo...

La que va de novia, a su vez, cuenta:

- Yo me puse el body, los tacones y me pinté, pero me dio algo de vergüenza, y me puse una bata encima. Cuando llegó al apartamento, y abrí la bata, se puso como un loco y me llenó de besos, y fuimos a la cama, donde hicimos el amor dos veces seguidas...


La casada, gruñe y cuenta:

- Bueno, yo también me puse el body de cuero negro, los tacones y me pinté los ojos de negro. Llegó el cabrón de mi marido, se tiró sobre el sofá, cogió el mando a distancia y gritó:

- ¡¡¡¡Batman!!!!!, ¿qué hay para cenar?

Higiene bucal

Después de un excitante, fogoso, sabroso y reparador 69 con su novia, 
Alberto se acuerda que tiene una consulta con su odontólogo en esa tarde.



Alberto teme que el dentista note su aliento de vagina y se cepilla los 
dientes 457 veces, pasa el hilo dental 248 veces, y se toma 15 litros de 
Listerine.



Llegado al consultorio, se chupa 25 caramelos de HALLS y es atendido por 
el dentista, quien le manda sentarse en la silla. 

Posicionado y con la boca abierta, Alberto se tranquiliza y deja al 
profesional hacer su trabajo.



El dentista se aproxima a la boca de Alberto y afirma categórico:

-¡Caramba Alberto! ¿Como haces un 69 antes de venir al dentista?
-¡Doctor! ¿Todavía tengo aliento a almeja?

-¡No capullo...! ¡Te huele la frente a culo!

El chofer del Papa

Después de meter todo el equipaje del Papa Benedicto en la limusina, el chofer se da cuenta que el Papa aún está parado en el borde de la acera.
- Disculpe Su Santidad, dice el conductor, ¿podría por favor tomar asiento y así poder partir?
- Verás hijo, dice El Papa, la verdad es que nunca me dejaron conducir en el Vaticano cuando fui cardenal, y realmente me gustaría hacerlo hoy.

- Lo siento Su Santidad, pero no le puedo dejar conducir, perdería mi trabajo... ¿Y qué si pasara algo?, dice el chofer.

- ¿Quién va a saberlo? Además, podría haber algo extra para ti, dice El Papa, con una sonrisa.

Reacio, el chofer se sienta atrás y el Papa salta al volante. El chofer se arrepiente rápidamente de su decisión cuando, nada mas salir del aeropuerto el Pontífice pisa a fondo acelerando la limusina a 180 km/h.
- ¡Por favor reduzca la velocidad Su Santidad! suplica el preocupado chofer, pero el Papa hunde el pie hasta que se escucha la sirena.

- ¡¡¡Oh, Dios mío, voy a perder mi licencia y mi trabajo!!! se lamenta el pobre conductor.


El Papa se detiene a un lado y baja la ventanilla mientras el policía se acerca, pero cuando el policía le echa un vistazo regresa a su motocicleta y llama por radio.
- ¡Necesito hablar con el jefe!
El jefe se pone al aparato y el policía le dice que detuvo a una limusina que iba como las balas.

- Arréstalo, dice el jefe.

- No creo que podamos hacer eso, él tipo es realmente importante, dice el policía.

Y el jefe exclama:

- ¡Con más razón!

- No, realmente es importante, dice el policía con insistencia.

Entonces el jefe pregunta:

- ¿A quién tienes ahí, al Alcalde?

- Este... MAS !!!

- Al Gobernador?

- Mmm... Peor.

- Mierda -dice el jefe- ¿Quién es el tipo?

- Creo que es Dios...


Desconcertado el jefe le pregunta:

- ¿Y porque piensas que es Dios?

- ¡¡¡ Porque tiene al Papa de chofer... !!!