Según se cuenta, la familia real tiene por costumbre, después de la cena, jugar a las adivinanzas bajo la dirección de Doña Sofía. El día de la pedida, los novios pasaron juntos el día, y fieles a esta entrañable costumbre decidieron jugar para que Letizia se fuera familiarizando, así que Doña Sofía empezó el juego:
Sofía: Larga y afilada cual estilete, por la punta saca y mete, y por detrás lleva el ojete.
Letizia: Eso debe ser una polla, ¿no?
Sofía: ¡Por Dios, es una aguja! Felipe, el bolso de la señora, que Doña Letizia se va.
Felipe: Mamá, discúlpala que ella no entiende de protocolo. Poco a poco ira aprendiendo.
Sofía: Está bien, le daré otra oportunidad. Segunda adivinanza: Grande la quisiera que entre las piernas no me cupiera.
Letizia: Eso sí es una polla ¿no?
Sofía: ¡Por todos los santos! Es una yegua. Felipe, el bolso de la señora que Doña Leticia se va.
Felipe: Mamá, por favor. Discúlpala que viene de TVE, y ahí son muy blasfemos, dale otra oportunidad.
Sofía: Esta bien, le daré otra oportunidad, pero ya me empiezo a cansar. Tercera adivinanza: Entra duro, sale blando, y además chorreando.
Letizia: Ejem.... ¿No es una polla?
Sofía: Dios del amor hermoso, es un churro. Felipe, el bolso de la señora que Doña Letizia se va.
Felipe: Mamá, por favor, discúlpala que está nerviosa, dale la última oportunidad.
Sofía: Está bien, la última, pero ninguna más. Cuarta adivinanza: Cimbel matutino, con forma de pepino que por delante escupe gotas, y por detrás le cuelgan dos pelotas.
Letizia: Felipe, dame el bolso que me voy, pero eso es "una polla como una olla".
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